JACOBO EID


La obra de Jacobo Eid te transporta a tu infancia. Sus piezas transmiten pureza, inocencia, vitalidad y energía. Te sumergen en la época en que todo era risas y amor. Con la despreocupación como bandera, te recuerdan que la felicidad se esconde detrás de un helado, un día de playa, hacer nuevos amigos y despertarte ilusionado por vivir nuevas aventuras cada mañana. Te invitan a emocionarte con cosas sencillas. Parafraseando a Antoine de Sain-Exupéry en su obra El Principito, "lo esencial es invisible a los ojos". Su producción es libre y sin condiciones, explora nuevos procesos de producción construyendo un universo a través de diferentes lenguajes. Los juguetes de piscina se funden para crear una abstracción pop. Sale a jugar a la calle y estampa en las paredes poemas dignos de un colegial de ocho años. Su vinilo de resina recuerda a piruletas gigantes. Practica el minimalismo en óleos donde reproduce paletas de pintor para deleitar la vista con el puro placer del color. Jacobo Eid ha encontrado la felicidad jugando con el niño que fue con su mirada inocente y fresca; nos invita a todos a jugar con él.